En cualquier situación en la cual sentimos que nuestra integridad o la de nuestros seres queridos esta en riesgo, se presenta la ANSIEDAD.
La ansiedad se define como miedo anticipado a padecer un daño o desgracia futuros, acompañada de un sentimiento de temor o de síntomas somáticos de tensión. Es una señal de alerta que advierte sobre un peligro inminente y permite a la persona que adopte las medidas necesarias para enfrentarse a una amenaza.
La ansiedad como cualquier otra emoción tiene tres componentes o sistemas de respuesta: subjetivo o cognitivo, fisiológico o somático, y motor o conductual.
- Subjetivo-cognitivo. Se denomina, también, verbal-cognitivo, es el componente de la ansiedad relacionado con la propia experiencia interna, es decir, evaluación y percepción subjetiva de los estímulos y estados asociados con la ansiedad. La experiencia que se tiene es emocionalmente desagradable con miedo, aprensión, obsesiones, pensamientos intrusivos, etc.
- Fisiológico-somático. Los cambios que más predominan, a nivel fisiológico, son de la actividad del sistema nervioso autónomo, que se reflejan a nivel externo como: sudoración, dilatación pupilar, aumento tensión muscular, palidez facial, temblor, etc. Y a nivel interno con: aceleración cardiaca, descenso de la salivación, etc. Unas pertenecen a funciones que pueden controlarse voluntariamente como la agitación, defecación, respiración... y otras funciones involuntarias como: palpitaciones, vómitos, temblor...
- Motor-conductual. Son los componentes observables de la conducta, es decir, a las respuestas de evitación y escape.

- Atención selectiva: Los sentidos proveen de información al cerebro, pero ante una amenaza, este se “sintoniza” con el sistema sensorial que proporciona la información más relevante relacionada con dicha amenaza.
- Visión de túnel: En términos médicos, es la pérdida de visión periférica, con conservación de la visión central, lo que resulta en un campo de visión reducido similar a estar viendo a través de un tubo circular.
- Exclusión auditiva: Implica un enfoque automático de nuestra capacidad de percibir sonidos, en aquellos asociados a la amenaza principal identificada. Durante un periodo de tiempo, se dejaran de oír el resto de los sonidos, produciéndose lo que se denomina túnel sonoro o exclusión auditiva.
- Alteraciones en la compresión espacio/ tiempo: La capacidad de percepción del tiempo y las relaciones espaciales se verán afectadas, el resultado será que nos parecerá que las cosas ocurren “en cámara lenta”.
- Incapacidad de seguimiento mental: La persona no es capaz de seguir los detalles de la situación que se desarrolla a su alrededor. Con posterioridad al hecho, es muy posible que ni siquiera recuerde esos detalles.
- Afectación de la coordinación y los reflejos: La coordinación de las manos y de la vista se ven gravemente afectados, normalmente se pierde la motricidad fina.

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